A L
G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.
Valle de
Remedios de Escalada, 9 de marzo de 2013, e\v\.
Ven.·. M.·.
Qq.·. Hh.·. Mm.·.
Qq.·. Hh.·. Cc.·.
Qq.·. Hh.·. Aa.·.
CARIDAD y
FILANTROPÍA:
¿Qué es la Caridad?, es lo mismo que la Filantropía?
Como mujer
masona, que ha recibido muchos dones de nuestra Institución, pensé poner a
consideración entre mis Vven.·. Hh.·. Mm.·. el tema “Caridad y Filantropía”, en
un intento de establecer la diferencia entre ambos conceptos desde el punto de
vista Masónico.
La palabra caridad etimológicamente deriva del
latín, caritas, caritoris, significa compasión, misericordia, altruismo,
generosidad, concepto que desde sus principios la doctrina católica instituyó
como propios.
La palabra filantropía, deriva del griego, y el
término fhilos se traduce como amor, o como “amante de”. Antropos, es amor a la humanidad. Tiene sinónimos en común
con caridad, ambos términos significan: altruismo, caridad, generosidad,
desprendimiento. En cierto modo si las
tomamos en su acepción simple, caridad y filantropía son casi sinónimos.
La caridad es una de las virtudes
teologales junto a la esperanza y la fe, conceptos que desde primer grado la
Masonería nos pide internalizar. Es la
virtud del amor, por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas., y a nuestro
prójimo como a nosotros mismos. San
Agustín dice que la culminación de todas nuestras obras es el amor. Por ello la Caridad, es considerada la
virtud superior a todas.
En cuanto a la filantropía expresa la ayuda que se
ofrece por parte de individuos organizados, que unen sus esfuerzos para asistir
a las personas y contribuir a mejorar sus vidas.
Haciendo
historia, el emperador romano
Flavio Claudio Juliano quién gobernó alrededor del año 331
hasta su muerte en el 361, tenía por misión restaurar el paganismo como
religión romana. Fue un duro perseguidor
del cristianismo, y como método para vencerla, imitó a la doctrina católica y
acuño el término filantropía, para suplir al término del cristiano caridad, pero lo implementó institucionalmente
con el objeto de vencer la fuerza con que crecía la religión monoteísta en las
clases más necesitadas.
En general cuando
se habla de caridad caemos en el
error de pensar en el sentimiento de conmiseración que nos conduce a auxiliar
al necesitado con donativos pecuniarios, en la dádiva, que tiene que ver con
una ayuda instantánea para salir de una crisis.
La filantropía acarrea un mayor esfuerzo,
más responsabilidades y paralelamente más satisfacciones. Mucho se habla de dar ayuda al que necesita. Pero ¿no es acaso una limosna vergonzante que
solo causa una satisfacción personal egoísta?, tal como se expresa en nuestro
Ritual de Iniciación?. Está relacionado
también con el poder que ejercemos sobre quién recibe la dádiva, y con la
pérdida de libertad.
Cuando una
persona tiene necesidades pecuniarias, masónicamente, lo que debemos hacer, no
es darle un pescado para saciar su necesidad momentánea. Es darle la caña de pescar, y si es
necesario, enseñarle a pescar. Si no le
sé enseñar yo, institucionalmente, se le dará la herramienta. Allí en ese momento se
cumple con la virtud de dar amor al prójimo.
Si yo estoy bien, procuro ayudar a mi hermano que necesita, no le doy
una limosna, no le compro lo que le falta, pero que me gusta a mí. Me desprendo del egoísmo y proveo a mi hermano
de la herramienta para que obtenga su subsistencia. Es mi hermano quién crece, se ve favorecido
porque es quién elige cómo invertir y en qué.
Elige cómo cubrir su necesidad.
Evito la limosna vergonzante.
La Masonería es una institución filantrópica, que practica el
altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está inspirada en
la búsqueda de lucros personales. Sus
esfuerzos y recursos están dedicados al progreso y felicidad humana, sin
distinción de nacionalidad, razas, sexo ni religión, para lo cual tiende a la
elevación de los espíritus y la tranquilidad de las conciencias. Para nosotras, las Masonas, “Toda la especie
humana es una familia dispersa sobre la faz de la tierra, todos los pueblos son
hermanos, y deben amarse unos a otros como tales”.
Cuando nos
iniciamos en nuestra vida masónica nos comprometemos a ser solidarias con
nuestros semejantes, amar la libertad, respetar a todos los seres humanos como
iguales, ser tolerantes, y practicar la filantropía. Existe además una relación
directa entre caridad, y solidaridad, para ello es imprescindible que se
respete la propiedad privada. La mayoría
de las veces las medidas solidarias son coercitivas, somos obligados por los
gobiernos a sustentar ayudas solidarias que se dan sin discriminación creando
diferencias. Se pretender igualar pero
se genera dependencia. Afecta asimismo,
a la propiedad privada, yo soy obligada a dar a quién tal vez, no le
corresponda.
La diferencia
entre caridad y filantropía es su aplicación.
Cuando proveo de herramientas a un individuo al que tiendo mi mano le
doy la libertad de elegir en qué, cuándo y cómo usar esa herramienta. Porque amo a mi hermano, le reclamo su
esfuerzo personal para que alcance sus metas, por sus propios medios. Ahí estaré cumpliendo con la virtud Masónica. Su progreso y crecimiento
será nuestro premio. Hace digno
propietario al que obtiene un bien, sea material o no.
Como conclusión
puedo decir que caridad y filantropía,
no son dos opciones incompatibles, son complementarias, la caridad es de
aplicación excepcional, tiendo mi mano ante la emergencia. La filantropía debe ser
permanente y de ser posible institucional.
La diferencia de
su aplicación es la libertad del individuo al que tiendo mi mano. Porque amo a mi hermano, le reclamo su
esfuerzo personal para que alcance sus metas, por sus propios medios. Su progreso será nuestro premio. Hace digno propietario al que obtiene un
bien, sea material o no.
Las mujeres no
somos las únicas que debemos ser solidarias, y ejercer la filantropía, es
aplicar los principios Masónicos.
Tampoco es cosa únicamente de mujeres.
Es un trabajo de la sociedad toda y que también puede servir para
contribuir a evitar las diferencias que existen para nosotras las mujeres como
género.
Es mi palabra
Beatriz Noto
M.·. M.·.
Bibliografía:
Diccionario de Filosofía de Ferrater
Mora.
Addoum Jorge, ·El Maestro Masón y
sus misterios”
Aldo Lavagnini, Manual del Maestro
Fe, Esperanza y Caridad por Julio Torres
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