martes, 31 de marzo de 2015

CARIDAD y FILANTROPÍA:

A L G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

Valle de Remedios de Escalada, 9 de marzo de 2013, e\v\.

Ven.·. M.·.
Qq.·. Hh.·. Mm.·.
Qq.·. Hh.·. Cc.·.
Qq.·. Hh.·. Aa.·.

CARIDAD y FILANTROPÍA: 

¿Qué es la Caridad?, es lo mismo que la Filantropía?

Como mujer masona, que ha recibido muchos dones de nuestra Institución, pensé poner a consideración entre mis Vven.·. Hh.·. Mm.·. el tema “Caridad y Filantropía”, en un intento de establecer la diferencia entre ambos conceptos desde el punto de vista Masónico. 

La palabra caridad etimológicamente deriva del latín, caritas, caritoris, significa compasión, misericordia, altruismo, generosidad, concepto que desde sus principios la doctrina católica instituyó como propios. 

La palabra filantropía, deriva del griego, y el término fhilos se traduce como amor, o como “amante de”.  Antropos, es amor a la humanidad.  Tiene sinónimos en común con caridad, ambos términos significan: altruismo, caridad, generosidad, desprendimiento.  En cierto modo si las tomamos en su acepción simple, caridad y filantropía son casi sinónimos. 

La caridad es una de las virtudes teologales junto a la esperanza y la fe, conceptos que desde primer grado la Masonería nos pide internalizar.  Es la virtud del amor, por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas., y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.  San Agustín dice que la culminación de todas nuestras obras es el amor.   Por ello la Caridad, es considerada la virtud superior a todas. 

En cuanto a la filantropía expresa la ayuda que se ofrece por parte de individuos organizados, que unen sus esfuerzos para asistir a las personas y contribuir a mejorar sus vidas.  

Haciendo historia, el emperador romano Flavio Claudio Juliano quién gobernó alrededor del año 331 hasta su muerte en el 361, tenía por misión restaurar el paganismo como religión romana.  Fue un duro perseguidor del cristianismo, y como método para vencerla, imitó a la doctrina católica y acuño el término filantropía, para suplir al término del cristiano caridad, pero lo implementó institucionalmente con el objeto de vencer la fuerza con que crecía la religión monoteísta en las clases más necesitadas. 

En general cuando se habla de caridad caemos en el error de pensar en el sentimiento de conmiseración que nos conduce a auxiliar al necesitado con donativos pecuniarios, en la dádiva, que tiene que ver con una ayuda instantánea para salir de una crisis. 

La filantropía acarrea un mayor esfuerzo, más responsabilidades y paralelamente más satisfacciones.  Mucho se habla de dar ayuda al que necesita.  Pero ¿no es acaso una limosna vergonzante que solo causa una satisfacción personal egoísta?, tal como se expresa en nuestro Ritual de Iniciación?.  Está relacionado también con el poder que ejercemos sobre quién recibe la dádiva, y con la pérdida de libertad. 

Cuando una persona tiene necesidades pecuniarias, masónicamente, lo que debemos hacer, no es darle un pescado para saciar su necesidad momentánea.  Es darle la caña de pescar, y si es necesario, enseñarle a pescar.  Si no le sé enseñar yo, institucionalmente, se le dará la herramienta.  Allí en ese momento se cumple con la virtud de dar amor al prójimo.  Si yo estoy bien, procuro ayudar a mi hermano que necesita, no le doy una limosna, no le compro lo que le falta, pero que me gusta a mí.  Me desprendo del egoísmo y proveo a mi hermano de la herramienta para que obtenga su subsistencia.  Es mi hermano quién crece, se ve favorecido porque es quién elige cómo invertir y en qué.  Elige cómo cubrir su necesidad.  Evito la limosna vergonzante.    

La Masonería es una institución filantrópica, que practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está inspirada en la búsqueda de lucros personales.  Sus esfuerzos y recursos están dedicados al progreso y felicidad humana, sin distinción de nacionalidad, razas, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los espíritus y la tranquilidad de las conciencias.  Para nosotras, las Masonas, “Toda la especie humana es una familia dispersa sobre la faz de la tierra, todos los pueblos son hermanos, y deben amarse unos a otros como tales”. 

Cuando nos iniciamos en nuestra vida masónica nos comprometemos a ser solidarias con nuestros semejantes, amar la libertad, respetar a todos los seres humanos como iguales, ser tolerantes, y practicar la filantropía.  Existe además una relación directa entre caridad, y solidaridad, para ello es imprescindible que se respete la propiedad privada.  La mayoría de las veces las medidas solidarias son coercitivas, somos obligados por los gobiernos a sustentar ayudas solidarias que se dan sin discriminación creando diferencias.  Se pretender igualar pero se genera dependencia.  Afecta asimismo, a la propiedad privada, yo soy obligada a dar a quién tal vez, no le corresponda. 

La diferencia entre caridad y filantropía es su aplicación.  Cuando proveo de herramientas a un individuo al que tiendo mi mano le doy la libertad de elegir en qué, cuándo y cómo usar esa herramienta.  Porque amo a mi hermano, le reclamo su esfuerzo personal para que alcance sus metas, por sus propios medios.  Ahí estaré cumpliendo con la virtud Masónica.  Su progreso y crecimiento será nuestro premio.  Hace digno propietario al que obtiene un bien, sea material o no. 

Como conclusión puedo decir que caridad y filantropía, no son dos opciones incompatibles, son complementarias, la caridad es de aplicación excepcional, tiendo mi mano ante la emergencia.  La filantropía debe ser permanente y de ser posible institucional. 

La diferencia de su aplicación es la libertad del individuo al que tiendo mi mano.  Porque amo a mi hermano, le reclamo su esfuerzo personal para que alcance sus metas, por sus propios medios.  Su progreso será nuestro premio.  Hace digno propietario al que obtiene un bien, sea material o no. 

Las mujeres no somos las únicas que debemos ser solidarias, y ejercer la filantropía, es aplicar los principios Masónicos.  Tampoco es cosa únicamente de mujeres.  Es un trabajo de la sociedad toda y que también puede servir para contribuir a evitar las diferencias que existen para nosotras las mujeres como género. 


Es mi palabra
Beatriz Noto
M.·. M.·.

Bibliografía:
Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora. 
Addoum Jorge, ·El Maestro Masón y sus misterios”
Aldo Lavagnini, Manual del Maestro

Fe, Esperanza y Caridad por Julio Torres

lunes, 16 de marzo de 2015

El Protomedicato

A L\G\D\G\A\D\U\
Valle de Remedios de Escalada, 10  de julio de 2014, e.·. v.·.
Ven.·. M.·.
Qq.·. Hh.·. Mm.·.
Qq.·. Hh.·. Cc.·.
Qq.·. Hh.·. Aa.·.
Qq.·. Hh.·.todas: 

PLANCHA DE PRIMER GRADO

El Protomedicato
Atención de la Salud en el Virreynato del Río de La Plata

Los primeros médicos que vinieron a esta parte de América preparaban los remedios que aconsejaban.  Así, en el acta del 24 de enero de 1605 del extinguido Cabildo de Buenos Aires, se consigna que el vecindario debía pagar al primer cirujano que solicitó se le recibiese como tal, don Manuel Alvarez, la suma de cuatrocientos pesos al año, más el importe de las medicinas y ungüentos que suministrase a los enfermos de la población. Durante la colonia, se solía llamar Farmacia a la profesión, vocablo que designa la ciencia y la profesión y no el local donde se preparan y expenden las drogas.  Botica se llamaba al establecimiento que es la oficina en que se hacen y despachan las medicinas o remedios para la curación de las enfermedades, siendo el  Boticario el Profesor de farmacia, que prepara y expende las medicinas.  
En el año1.770, Don Agustín Pica, de profesión Boticario solicitó del Cabildo autorización para ejercer su profesión en Buenos Aires. De ello informan las actas capitulares del 5 y 26 de mayo de aquel año.  Mientras Buenos Aires no contó con Protomedicato, el Cabildo intervenía directamente en los trámites necesarios para dar validez a los títulos y antecedentes presentados por los médicos, cirujanos, boticarios, etc., cuando se radicaban en la ciudad.  
Asimismo, permitía la instalación de los profesionales, autorizaba las boticas, fiscalizaba su funcionamiento, etc.  Según Gorman, en el Manuscritos Nº45, "el pueblo estaba sujeto para la administración de remedios, aún los más delicados, a la ignorancia de Mercaderes y Pulperos, o a la voluntariedad de Médicos y ejercitantes de esta facultad y de la cirugía, que consultaban demasiado el interés propio".   
El Virreynato del río de la Plata, nace en 1.778 los 50.000 habitantes de Buenos Aires, se asistían con los escasos médicos que había en la ciudad, formados en España, Inglaterra y Francia.  Contaba con tres hospitales: El Santa Catalina, de Defensa y Méjico, destinado a emergencias, (actualmente es Museo Militar), de la Residencia o de hombres, frente a la Iglesia de San Telmo, en la hoy calle Humberto 1°, con 200 camas, construido sobre terrenos expropiados a los jesuitas y el de la Caridad o de mujeres, con 70 camas, próximo a la capilla de San Miguel. Ambos fueron demolidos. Los pacientes que acudían a los mismos eran insolventes y/o menesterosos.  
En 1.782, en el virreinato de las Provincias del Río de la Plata, no había menos de 31 boticas establecidas y 4 botiquines.  De ellos 16 y 3 botiquines se hallaban en tierra argentina, 11 boticas y 1 botiquín en Bolivia, y 4 boticas en el Uruguay.  En Argentina, 9 estaban establecidas en Buenos Aires; 4 en Córdoba; 2 en Salta; 1 en Tucumán; 2 botiquines en Mendoza y 1 en Jujuy.  Pero ya antes de 1.763, existían las boticas de presidio y aún con anterioridad las de los conventos. 
En sus comienzos,  el Protomedicato se encargó de surtir de artículos farmacéuticos a todas las boticas del país, encargándolos en cantidades considerables a las casas de Diego Thomas Fanning de S. Lúcar y José de Llano y Sangines de Cádiz, a cambio de cueros y lanas de vicuña.  Recibíase también de España "los compuestos" y exportábase del virreinato toda clase de árboles y plantas útiles y, "para la Real Botica, todos los géneros medicinales, con las noticias respectivas de su uso y virtudes".  
El virrey Joaquín del Pino crea en 1.881 el Protomedicato y se inicia la formación y capacitación de los primeros médicos nativos.  Su titular fue el Dr. Cosme Argerich.  El 2 de marzo del mismo año se inician los cursos, en los que se inscriben 15 postulantes criollos, que egresan graduados cinco años después, entre ellos. 
La existencia del Protomedicato es efímera y cesa en 1812.   Durante las Invasiones Inglesas fueron excepcionalmente hospitales, los templos de San Juan, de Alsina, donde las hermanas de clausura, las Clarisas, asistieron por igual a ingleses y residentes nativos.  San Ignacio, La Merced, San Francisco, Santo Domingo, Montserrat y otros.  Entre 1801 y 1830 había en la ciudad cerca de 200 médicos, para asistir sobre todo enfermedades pestilenciales que constituían más del 60% de la demanda.  
Por estos tiempos se ignoraba el qué, cómo, cuándo y porqué se contagiaban las personas, los animales, los alimentos, el agua, etc.  Se desconocía la etiología de la generalidad de las enfermedades transmisibles, menos aún la epidemiología, excepto viruela. En la época colonial, hubo sucesivos brotes de viruela, en 1605, 1621, 1641. Años más tarde, en 1774,1792 y 1794. En 1804 el Dr. M. O’Gorman, indicaba las primeras aplicaciones de la vacuna antivariólica descubierta poco antes por Eduardo Jenner.  Después de 1870, se descubrieron los agentes productores de las enfermedades transmisibles.  En 1874 fue el bacilo de la lepra.  Luego, los llamados “cazadores de microbios” Koch, Pasteur, Roux y muchos otros, descubrieron el origen de la mayor parte de las enfermedades contagiosas.  
En 1814, comienza sus actividades docentes con motivo de las campañas militares, la Escuela Médica del Instituto Militar.   En 1821 se crea la Universidad de Buenos Aires, que incluye entre sus carreras, Medicina, con un plan de estudios, mayor de cuatro años.   La ciudad con sus precarios servicios sanitarios, se enfrenta a numerosos brotes epidémicos.  Eran excepcionales los aljibes con agua de lluvia.  Esto exponía a la población a riesgos constantes, sobre todo de enfermedades transmitidas por ingesta, por vía digestiva, durante todo el año o respiratorias agudas, cuando los fríos o las transmitidas por vectores tras las lluvias, (o víricas estacionales como el brote de sarampión en 1812, el siguiente fue en el 1825) y otro de fiebre tifoidea en 1817.  
En Buenos Aires en 1860 y 1864 hubo disentería bacilar, y en 1865 epidemia de sarampión.  Asimismo, se convivía con brotes de difteria, tifoidea, tuberculosis, todas las respiratorias agudas y las estacionales y en las provincias del norte brotes de peste bubónica, tifus exantemático y paludismo, por la ausencia de cloacas y además porque no existían normas acerca de la disposición de excretas, desperdicios, basuras, animales muertos, que contaminaban los pozos y las napas de agua de consumo.   Por la carencia de agua potable que se obtenía del río de la Plata y distribuían para la mayor parte de la población, los aguateros, en enormes toneles, sobre chatas de ruedas muy altas. 
En 1.827 se reestructura el plan de estudios de la Facultad de Medicina llevándolo a seis años.  Los brotes de enfermedades pestilenciales persisten y asedian la ciudad, en esta instancia, escarlatina, en 1.833-36 y 37.   Por decisión del gobernador, el general Viamonte, todos los graduados de la Universidad de Buenos Aires deben servir tres años en los ejércitos de la patria.   
En 1.836, Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires, en nombre de la Confederación, dispone que sólo podrán acceder al título de médicos, aquellos que acrediten fehacientemente adhesión a la causa de la Federación, y por ello renuncian y abandonan la Universidad, varios docentes titulares de cátedras y fundadores de la misma.  
Desde 1853 la Facultad de Medicina, se instala en el Hospital de hombres y se funda el Hospicio de San Buenaventura, para desamparados e inválidos de guerra.  Nace así en 1.865 la Academia Nacional de Medicina que asume las funciones de control sanitario de la población, control de títulos y vigilancia del ejercicio profesional y se crea la Escuela de parteras con una maternidad, que funciona en el Hospital de Mujeres.   En poco tiempo se fundan los Hospitales Español e Italiano.  En 1.867 se desata el brote de cólera con 5.000 afectados, más de 1.500 muertos y una probabilidad de infectados y por consiguiente portadores, 10 a 20 veces superior.  Este brote se atribuyó al retorno de las tropas de la guerra desde el Paraguay, que se reitera en el año siguiente, con menos casos por las medidas de cuarentena.  Retorna en 1882 junto a fiebre tifoidea y después en 1884 y 1886. 
En 1.868 se instala la primera bomba de agua en el río de la Plata, con una toma a 1600 metros de la costa, que era potabilizada y llevada por cañerías de casi 20km. de extensión. Primero en Plaza Lavalle, luego hasta Flores.  Al desatarse en 1.870 la epidemia de fiebre amarilla, con 200 casos, se recobra conciencia de la falta de servicios sanitarios básicos.  Las intensas lluvias de primavera y verano del 70 inundan los pozos negros y las letrinas de los barrios de la zona sur, incluso en la Boca.  
En 1.871 la epidemia se reitera por el arribo de un carguero procedente de Brasil. Fueron quince mil los muertos, que vivían principalmente en los conventillos de Montserrat y el Alto de San Telmo.  Las autoridades gubernamentales abandonan sus residencias del área, como también los habitantes de Montserrat, San Temo y las quintas contiguas de Barracas, instaladas sobre la calle larga del sur.  Emigraron al norte, hacia Belgrano, a una legua y media, en zona baja, en cuanto a cota, aislada del resto y al oeste a San José de Flores.  En el diario La Prensa del 13 de mayo de 1.871 dice.”... La propagación de la fiebre amarilla parece seguir el curso de las cloacas”....
La epidemia de 1.871, suscita una serie de medidas sanitarias, que aluden al tratamiento de las basuras, que debían ser enterradas a determinada profundidad, la desinfección de letrinas, la disposición de los muertos, que llegaron en abril a 300 diarios, con picos de 600. Se crea la Comisión Patriótica para asistir la epidemia que preside el Dr. Roque Pérez y el Dr. Manuel Argerich,  que mueren en la ocasión.   Se habilitan los terrenos de “la chacrita de los colegiales”, como cementerio, que pasa ser Chacarita.   Allí se entierran las primeras víctimas.   Accedían por ferrocarril, tirado por “La Porteña” que manejaba el ingeniero inglés John Allan, que murió en la epidemia.  La mayor parte fueron incinerados y enterrados en el hoy Parque Ameghino. 
Tras el fallecimiento de su por fiebre amarilla, el virrey del Pino en 1.871,  con su legado se construye el hospital de niños, San Luis Gonzaga, que inicialmente dirige el Dr. Carlos Herrera Vegas, mientras el Dr. Ricardo Gutiérrez se preparaba en Europa.  Luego éste lo conduce por 25 años.   En 1.879 inicia su construcción en la manzana de la actual plaza Bernardo Houssay, el hospital Buenos Aires, futuro Clínicas, que pasaría a depender luego de la Facultad de Medicina y en 1882-83 en unas barracas que permitían albergar 40 camas, comienza sus actividades la Casa de Aislamiento, a cargo del Dr. José Penna. 
En 1884 se solicita al ingeniero Coghlan, la realización de los estudios de cotas, desagües pluviales (aguas limpias) y de cloacas (aguas negras) y el saneamiento de los arroyos que recorrían la ciudad de 1 millón de habitantes y una superficie cuatro veces menor a la actual.  Merced a la gestión de José María Ramos Mejía, Eduardo Wilde, José Penna, Carlos G. Malbrán, Baldomero Sommer, Telémaco Susini, Luis Agote, Pedro Mallo y el oriental Carlos Susviela Guarch se crea la Oficina Sanitaria Argentina, para ocuparse de las enfermedades transmisibles, mucho antes que la homónima Panamericana, que nace en la segunda década de siglo XX. 
Sus normas, muy adelantadas a su época, son censuradas por Inglaterra, varios países de Europa central y Brasil, que privilegian el libre comercio, antes que el control de las enfermedades pestilenciales, que llegaban desde Africa, Europa y Asia por el incremento de las comunicaciones.  A Luis Agote le correspondió defender la posición argentina en los foros internacionales.  Fue el descubridor de los procedimientos para hacer incoagulable la sangre y de los grupos sanguíneos. Fue postulado al Nóbel.  
En 1.887 el hospital de mujeres se traslada a su ubicación actual, para ser el Hospital Rivadavia, sobre avenida Las Heras.  El Hospital Francés inicia su gestión y Telémaco Susini funda el Instituto de Patología.   En 1.888, se inicia el Hospital Muñiz. Albergaría allí a las cátedras de enfermedades Infecciosas, a cargo de Penna y luego la de Tisiología (Tisioneumonología).
En 1.890 se crearon el hospital Pirovano, el Tornú, el Hospital de Flores, Teodoro Alvarez y del norte Juan A. Fernández.   Contiguo al Hospital San Roque, se construye la maternidad Eliseo Cantón.  Se sumaron luego la maternidad Lucio Molas, y la Maternidad Pardo.   La expectativa de vida de la población, había crecido de poco menos de 40 años en 1820 a 50 años y más. Argentina estaba por entonces en la cima del conocimiento científico y le esperaban nuevos logros.   Además, el poder central acompañaba esos avances y le asignaba una importancia primordial a la Salud Pública, creando el Departamento Nacional de Higiene, dependiente del Ministerio del Interior.  Además recién en 1928, para la provisión de agua a la ciudad de Buenos Aires, se pasó a la nueva bomba y planta actual, de la avenida presidente José Figueroa Alcorta.  
El Laboratorio Central de Salud Pública de 1.904 fue el primero de América, equivalente a los europeos, el Pasteur de París, Serológico de Viena, Biológico de Berlín.  La construcción del edificio se costeó con un mínimo impuesto a la venta de medicamentos, semejante en su diseño y estructura al Pasteur.   Para su misión y funciones se contrató al director del Serológico de Viena, el Prof. Rodolfo Krauss y se envió a Carlos Malbrán autor del proyecto, a capacitarse a los Institutos europeos citados y se contrataron a investigadores con el fin de capacitar a los profesionales locales.  Allí se produjeron los primeros sueros antiinfecciosos, antiofídicos y antiarácnidos venenosos.  Ese sector lo dirigían Bernardo Houssay y Angel Roffo, que fallece a poco.   Las investigaciones específicas florecen por doquier y se realizan en todo el territorio del país y en los países vecinos y al mismo tiempo sirven para asistir y mejorar la salud comunitaria.  
Llegamos así al premio Nóbel para Houssay, y poco después otro para Luis Leloir, discípulo del anterior. Las propuestas al mismo premio para Armando Parodi, por el descubrimiento de la etiología de las fiebres hemorrágicas y a Abel Cetrángolo por sus investigaciones en tuberculosis.  Y el Nóbel para César Milstein.  En la década de 1.940 el neurocirujano, el Dr. Ramón Carrillo, que mantiene el concepto normativo, lo extiende esto a todas las regiones del país.  Se construyen numerosos hospitales, hasta duplicar la dotación de camas.  Trabajan también Penna y Malbrán y la salud se regionaliza.
En las décadas del 60 y 70, vuelven los conceptos de riesgo y las evaluaciones epidemiológicas con Dr. Carlos Urquijo, creador de la cátedra de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública, ante el nacimiento de las represas hidroeléctricas, por los riesgos de la Esquistosomiasis, endémica en Brasil, vehiculizada por caracoles infectados, también por infecciones hospitalarias; por toxiinfeciones alimentarias; por enfermedades prevenibles por vacunación; por patologías diversas, etc.   
El 22 de agosto de 1.970 se inauguró oficialmente en un acto que se realizó en el local de la antigua farmacia "De La Estrella", declarada patrimonio nacional.  El contenido de dicho museo es inconmensurable, enseña mucho e invita a la reflexión histórica, no sólo es interesante para los profesionales de la medicina, sino también para el público en general.
Qq.·. Hh.·. Además de ser muy interesante este recorrido por la historia de la medicina y de las “boticas” en nuestra ciudad, es muy interesante investigar cuántos de los hoy Hospitales, no sólo de la ciudad de Buenos Aires, sino del interior del país nacieron de Logias operativas que se formaron para dar a luz un centro asistencial y que abatía Columnas una vez cumplido su objetivo.  Pero eso será motivo de otro trazado.
Es mi palabra

S.·. F.·. U.·.
Beartiz Noto
Pr.·. Vig.·.

Logia Norma Mazur

Disertación de la Q.·. H.·. Ser.·. Gr.·. M.·. Norma Mazur.

DESARROLLO DEL TRABAJO MASONICO
Fortalezas y debilidades, inserción en la sociedad



La década del setenta con sus logros y sus tragedias produjo un proceso de desintegración social que comenzó a gestarse duran te los años en los que surgió el movimiento hippie.  La búsqueda de una nueva identidad como ciudadanos de un mundo cada vez más comunicado llevó a las mujeres que comenzaban su vida adulta en ese entonces a enfrentarse con el paradigma del modelo forjado en el Siglo XIX que tuvo una pequeña apertura durante los tiempos de la 2º guerra mundial pero que continuaba imponiendo la figura de la sociedad dividida entre los “proveedores” (hombres) y las “reinas del hogar” (mujeres).
La integración masiva de la mujer al estudio medio universitario, así como el comienzo de su incorporación a tareas de oficios y profesiones históricamente masculinas modificó la actitud y la aptitud socio – económica de la mujer. 
Las sociedades son generalmente conservadoras en sus costumbres.  Aún hoy, transcurridos treinta años de ese cambio funcional importante dentro de la sociedad, muchas de las que lo hemos aplaudido y aún ayudado a gestar seguimos educando con los parámetros del XIX.  ¡Nuestras hijas mujeres no son educadas bajo los mismos conceptos que nuestros hijos varones!
La femineidad es indudablemente una actitud cultural.  Tratamos de mostrar la belleza, la pasividad, lo armonioso desde lo femenino y lo fuerte, lo dominante, lo constructivo desde lo masculino.  Sin embargo en la naturaleza y aún en parte de nuestro vocabulario lo femenino es lo fuerte y dominante: la tierra, la semilla, la generación, la herencia.  La definición por caracterización de las mujeres
como meramente femeninas así como la de los hombres como meramente masculinos establece códigos simplificadores que llevan a interpretaciones erróneas de las características del género.  Estas apreciaciones que son captadas masivamente por su superioridad traen como consecuencia la exacerbación de los pensamientos discriminatorios y una simbología de lo femenino y lo masculino que no se ajusta a lo verdadero pero si a su utilización como arma poderosa en manos de los discriminadores. 
Mabel Burrín ofrece una definición de género que consideramos interesante rescatar en estas líneas:
“…. género es una red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos, valores y conductas que diferencias a mujeres y varones.  Tal diferenciación es producto de un largo proceso histórico de construcción social, que no solo genera diferencias entre los géneros masculino y femenino, sino que, a la vez, esas diferencias implican desigualdades y jerarquías entre ambos”.  
Entre lo femenino y lo masculino debe existir complementación, al igual que ocurre con la sexualidad.   La mujer puede acceder a todas las profesiones, a todos los oficios y a toda tarea para la que se necesite a un ser humano si crea aptitudes para ello.  El desarrollo de su mente, así como de su cuerpo se lo permiten. 
Hay en este cambio algunas consideraciones que tener en cuenta.  Las mujeres tenemos que aprovechar la ventaja de aprender de los errores ya cometidos por los hombres cuando asumimos tareas que antes le pertenecían.  Heidegger definió al hombre como “un ser para la muerte”.  Las  mujeres debemos asumir al ser humano como un ser para la vida.  La vida es el mayor don que hemos recibido y no podemos despreciarlo.  Cuando se troncha una vida se hace desaparecer un espacio y un tiempo históricos irremplazables.  Así como la naturaleza tiene arrebatos que producen el caos y la muerte, los seres humanos no escapan a este sino pero tienen una facultad para poder lograrlo, su libre albedrío-. 
Hanna Arendt, una filósofa  de nuestro tiempo dijo: “vivan de manera que sus vidas merezcan ser contadas por lo que dieron a luz”. 
La mujer de hoy tiene la posibilidad de expresarse, de instruirse, de luchar por su libertad y la de sus hijos.  Tiene que descubrir los caminos por los que quiere transitar que no son necesariamente los que hasta ahora transitó el hombre.  Esos, deben ser analizados y corregidos en la medida de las nuevas necesidades y de los errores cometidos.  Tiene que construir sus propios templos que deberán erigirse integradores, ecuménicos para evitar que nuevamente las sociedades se dividan por los dogmas y los mitos.  Tiene que construirse a si misma como ser ético, interesado en la salud, en la educación, en el bienestar general, en la participación social, en el desarrollo de la ciencia y de la técnica para el mejor aprovechamiento de los bienes perecederos.  Tiene que hacer oír su opinión sobre los temas que hacen a la vida de la familia, a su economía, a su desarrollo y compartir con el hombre en igualdad de valoración las decisiones.  La mujer de hoy tiene que aprender a ser libre en el sentido ultimo de la libertad, que es el de la justa medida de todas las cosas. 
La Masonería femenina tiene ese desafío.  La historia de la incorporación de la mujer a esta filosofía y a sus órdenes muestra un camino errático.  Las preguntas que nos formulamos las mujeres siguen siendo las mismas que se hacían seguramente, en lo privado de su conciencia, nuestras abuelas:  ¿quién soy?, ¿dónde y para qué estoy?, ¿hacia dónde me dirijo?. 
Cuando entramos en un Templo nos sentimos como en casa, en paz y relajadas.  Dejamos el mundo de afuera detrás y nos reunimos con gente con igual mentalidad.  Trabajaremos de una forma particular que es común a todas las presentes.  Es probable que tengamos una reunón social después.  En ella se hablará de los sucesos cotidianos, de familia y eventuales.  La amistad que se hace en la Masonería es especial, podemos hallarnos en una reunión con otras dos mil personas y sentarnos junto a una desconocida que luego de las presentaciones ya no lo es porque tenemos algo en común. 
¿Cómo pues tiene que ser nuestro trabajo?. 
·         Además, de la enseñanza, de los principios generales y el simbolismo es necesario apuntar a erradicar las “culpas” que nos surgen por alejarnos durante esas horas de nuestros hogares y familias.  La necesidad de construir un tiempo especial para uno mismo que incluye este trabajo de aprendizaje masónico es imprescindible.
·         Legitimar dentro de la educación de la mujer masona lo que le es propio en cuanto a iniciativas, valores, emociones que casi siempre son descalificativos generando en el mundo profano desconfianza.  Ejemplo:  “Las mujeres son inestables en sus conceptos”, “Las mujeres generan enredos”,  A esto debemos contestar que toda generalización es una mentira y que estos funcionamientos no son privativos de la mujer porque también ocurre entre los hombres. 
·         También se debe legitimar el uso del “no”.  Utilizar las estrategias más hábiles para negarse a aceptar formulaciones que descalifiquen a la mujer. 
Promover que la mujer se incluya en comisiones de trabajo profano que apunten a rescatar los principios éticos de la Masonería.  Que la presencia de las mujeres se haga visible.  Que escriban a los medios de comunicación expresando su pensamiento progresista y formulando propuestas de cambio que fortalezcan nuestra filosofía. 
En los países latinoamericanos especialmente, el sector más pobre de la población es el que comprende a mujeres y niños.  Es necesario que nuestras Hermanas tomen conciencia de ello para que el trabajo solidario sea una de las tareas importantes dentro de la Orden. 
La imposibilidad de utilizar capitales familiares para inversiones sin el consenso del cónyuge, padre o jefe de familia, cosa que no ocurre con los varones, aumenta la insolvencia económica de las mujeres y por ello aceptan trabajos mal remunerados.  Las cifras muestran que la mayoría de las mujeres no aceptan cargos jerárquicos sino que son empleadas principalmente en rubros como:  enfermería, servicio doméstico, magisterio o secretarías. 
Tomemos conciencia del grave lugar que ocupamos pues estamos entrenadas para ser abusadas.  Mientras no tengamos posibilidades de una cultura alternativa avalamos peligrosas concepciones erróneas de la cultura hegemónica. 
Por cuestiones culturales y por la función que se les asigna a las mujeres en la división del trabajo por género, se supone que tienen el liderazgo de la reproducción y los varones el de la producción.  Esto ya no es así en el mundo globalizado en el que vivimos donde la mujer interviene en la producción a la par del hombre.  Sin embargo a nivel conciencia social este concepto aún no está arraigado.  Se debe trabajar para ello. 
La debilidad que enfrentamos es que debemos erradicar toda una mitología sobre el significado de lo que es ser una mujer enquistada en cada una de nosotras gracias a la educación sexista recibida.  Debemos pues, promover un estado de conciencia sobre el rol de la mujer y su actitud en el mundo. 
Para ello contamos con las Herramientas con las que se educa a la Mujer Masona. 
La poeta Blanca Ibáñez dice:  “Le pedí e una paloma que me enseñe a volar y temiendo al no regreso, le corté las alas”. 
El trabajo de la Masonería Femenina es ayudarnos a fortalecer nuestras alas para volar lo más alto posible y encontrar el cielo que buscamos. 

Ser.·. H.·. Norma Mazur


*La presente plancha es la base de una disertación de la Q.·. H.·. Ser.·. Gr.·. M.·. Norma Mazur.  

jueves, 5 de marzo de 2015

La Tolerancia

Proclamada y firmada el 16 de noviembre de 1995


Los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura congregados en París con motivo de la 28ª reunión de la Conferencia General, del 25 de octubre al 16 de noviembre de 1995,

Preámbulo

Teniendo presente que la Carta de las Naciones Unidas declara “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra, … a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, … y con tales finalidades a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos”.
Recordando que en el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO, aprobada el 16 de noviembre de 1945, se afirma que la “paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”,
Recordando asimismo que en la Declaración Universal de Derechos Humanos se afirma que “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” (Artículo 18), “de opinión y de expresión” (Artículo 19) y que la educación “favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos” (Artículo 26),
Tomando nota de los siguientes instrumentos internacionales pertinentes:
* el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
* el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
* la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, * la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio,
* la Convención sobre los Derechos del Niño,
* la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, su Protocolo de 1967 y sus instrumentos regionales,
* la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer,
* la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes,
* la Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y de discriminación fundadas en la religión o en las creencias,
* la Declaración sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas,
* la Declaración sobre las medidas para eliminar el terrorismo internacional,
* la Declaración y Programa de Acción de Viena de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos,
* la Declaración de Copenhague sobre el Desarrollo Social y el Programa de Acción de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social,
* la Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales (de la UNESCO),
* la Convención y la Recomendación relativas a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza (de la UNESCO),
Teniendo presentes los objetivos del Tercer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, el Decenio de las Naciones Unidas para la Educación en la Esfera de los Derechos Humanos y el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo,
Teniendo en cuenta las recomendaciones de las conferencias regionales organizadas en el marco del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia de conformidad con la Resolución 27 C/5.14 de la Conferencia General de la UNESCO, así como las conclusiones y recomendaciones de otras conferencias y reuniones organizadas por los Estados Miembros en el marco del programa del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia,
Alarmada por la intensificación actual de los actos de intolerancia, violencia, terrorismo, xenofobia, nacionalismo agresivo, racismo, antisemitismo, exclusión, marginación y discriminación perpetrados contra minorías nacionales, étnicas, religiosas y lingüísticas, refugiados, trabajadores migrantes, inmigrantes y grupos vulnerables de la sociedad, así como por los actos de violencia e intimidación contra personas que ejercen su derecho de libre opinión y expresión – todos los cuales constituyen amenazas para la consolidación de la paz y de la democracia en el plano nacional e internacional y obstáculos para el desarrollo,
Poniendo de relieve que corresponde a los Estados Miembros desarrollar y fomentar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinciones por raza, género, lengua, origen nacional, religión o discapacidad, así como en el combate contra la intolerancia,

adoptan y proclaman solemnemente la siguiente Declaración de Principios sobre la Tolerancia

Resueltos a adoptar todas las medidas positivas necesarias para fomentar la tolerancia en nuestras sociedades, por ser ésta no sólo un preciado principio, sino además una necesidad para la paz y el progreso económico y social de todos los pueblos,

Declaramos lo que sigue:

Artículo 1 Significado de la tolerancia
1.1 La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz.
1.2 Tolerancia no es lo mismo que concesión, condescendencia o indulgencia. Ante todo, la tolerancia es una actitud activa de reconocimiento de los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los demás. En ningún caso puede utilizarse para justificar el quebrantamiento de estos valores fundamentales. La tolerancia han de practicarla los individuos, los grupos y los Estados.
1.3 La tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo (comprendido el pluralismo cultural), la democracia y el Estado de derecho. Supone el rechazo del dogmatismo y del absolutismo y afirma las normas establecidas por los instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos.
1.4 Conforme al respeto de los derechos humanos, practicar la tolerancia no significa tolerar la injusticia social ni renunciar a las convicciones personales o atemperarlas. Significa que toda persona es libre de adherirse a sus propias convicciones y acepta que los demás se adhieran a las suyas. Significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son. También significa que uno no ha de imponer sus opiniones a los demás.

Artículo 2 La función del Estado
2.1 En el ámbito estatal, la tolerancia exige justicia e imparcialidad en la legislación, en la aplicación de la ley y en el ejercicio de los poderes judicial y administrativo. Exige también que toda persona pueda disfrutar de oportunidades económicas y sociales sin ninguna discriminación. La exclusión y la marginación pueden conducir a la frustración, la hostilidad y el fanatismo.
2.2 A fin de instaurar una sociedad más tolerante, los Estados han de ratificar las convenciones internacionales existentes en materia de derechos humanos y, cuando sea necesario, elaborar una nueva legislación, que garantice la igualdad de trato y oportunidades a todos los grupos e individuos de la sociedad.
2.3 Para que reine la armonía internacional, es esencial que los individuos, las comunidades y las naciones acepten y respeten el carácter multicultural de la familia humana. Sin tolerancia no puede haber paz, y sin paz no puede haber desarrollo ni democracia.
2.4 La intolerancia puede revestir la forma de la marginación de grupos vulnerables y de su exclusión de la participación social y política, así como de la violencia y la discriminación contra ellos. Como confirma el Artículo 1.2 de la Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, “todos los individuos y los grupos tienen derecho a ser diferentes”.

Artículo 3 Dimensiones sociales
3.1 En el mundo moderno, la tolerancia es más esencial que nunca. Nuestra época se caracteriza por la mundialización de la economía y una aceleración de la movilidad, la comunicación, la integración y la interdependencia; la gran amplitud de las migraciones y del desplazamiento de poblaciones; la urbanización y la transformación de los modelos sociales. El mundo se caracteriza por su diversidad, la intensificación de la intolerancia y de los conflictos, lo que representa una amenaza potencial para todas las regiones. Esta amenaza es universal y no se circunscribe a un país en particular.
3.2 La tolerancia es necesaria entre los individuos, así como dentro de la familia y de la comunidad. El fomento de la tolerancia y la inculcación de actitudes de apertura, escucha recíproca y solidaridad han de tener lugar en las escuelas y las universidades, mediante la educación extraescolar y en el hogar y en el lugar de trabajo. Los medios de comunicación pueden desempeñar una función constructiva, facilitando un diálogo y un debate libres y abiertos, difundiendo los valores de la tolerancia y poniendo de relieve el peligro que representa la indiferencia al ascenso de grupos e ideologías intolerantes.
3.3 Como se afirma en la Declaración de la UNESCO sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, es preciso adoptar medidas, donde hagan falta, para garantizar la igualdad en dignidad y derechos de los individuos y grupos humanos. A este respecto se debe prestar especial atención a los grupos vulnerables socialmente desfavorecidos para protegerlos con las leyes y medidas sociales en vigor, especialmente en materia de vivienda, de empleo y de salud; respetar la autenticidad de su cultura y sus valores y facilitar su promoción e integración social y profesional, en particular mediante la educación.
3.4 A fin de coordinar la respuesta de la comunidad internacional a este reto universal, se deben realizar y crear, respectivamente, estudios y redes científicos apropiados, que comprendan el análisis, mediante las ciencias sociales, de las causas fundamentales y de las medidas preventivas eficaces, así como la investigación y la observación destinadas a prestar apoyo a los Estados Miembros en materia de formulación de políticas y acción normativa.

Artículo 4 Educación
4.1 La educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia. La primera etapa de la educación para la tolerancia consiste en enseñar a las personas los derechos y libertades que comparten, para que puedan ser respetados y en fomentar además la voluntad de proteger los de los demás.
4.2 La educación para la tolerancia ha de considerarse un imperativo urgente; por eso es necesario fomentar métodos sistemáticos y racionales de enseñanza de la tolerancia que aborden los motivos culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos de la intolerancia, es decir, las raíces principales de la violencia y la exclusión. Las políticas y los programas educativos deben contribuir al desarrollo del entendimiento, la solidaridad y la tolerancia entre los individuos, y entre los grupos étnicos, sociales, culturales, religiosos y lingüísticos, así como entre las naciones.
4.3 La educación para la tolerancia ha de tener por objetivo contrarrestar las influencias que conducen al temor y la exclusión de los demás, y ha de ayudar a los jóvenes a desarrollar sus capacidades de juicio independiente, pensamiento crítico y razonamiento ético.
4.4 Nos comprometemos a apoyar y ejecutar programas de investigación sobre ciencias sociales y de educación para la tolerancia, los derechos humanos y la no violencia. Para ello hará falta conceder una atención especial al mejoramiento de la formación del personal docente, los planes de estudio, el contenido de los manuales y de los cursos y de otros materiales pedagógicos, como las nuevas tecnologías de la educación, a fin de formar ciudadanos atentos a los demás y responsables, abiertos a otras culturas, capaces de apreciar el valor de la libertad, respetuosos de la dignidad y las diferencias de los seres humanos y capaces de evitar los conflictos o de resolverlos por medios no violentos.

Artículo 5 Compromiso para la acción
Nos comprometemos a fomentar la tolerancia y la no violencia mediante programas e instituciones en los ámbitos de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación.

Artículo 6 Día Internacional para la Tolerancia
A fin de hacer un llamamiento a la opinión pública, poner de relieve los peligros de la intolerancia y reafirmar nuestro apoyo y acción en pro del fomento de la tolerancia y de la educación en favor de ésta, proclamamos solemnemente Día Internacional para la Tolerancia el día 16 de noviembre de cada año

Qq.·. Hh.·. me pareció muy importante incorporarla a nuestro blog. 

T.·. A.·. F.·.