jueves, 16 de abril de 2015

¿LA MASONERÍA ES UNA ESCUELA FILOSÓFICA?

A L.·. G.·.D .·.G.·. A.·. D.·. U.·.  
Valle de Remedios de Escalada,  28 de marzo, e.·. v.·.
LA MASONERÍA ES UNA ESCUELA FILOSÓFICA?,
ES UNA SOCIEDAD INICIÁTICA EN LA QUE SE ENCUENTRAN LAS DIFERENTES ESCUELAS DE PENSAMIENTO Y CONCEPCIONES DE LA VIDA.

En general, se entiende como filosofía a la búsqueda intelectual  del conocimiento por sí mismo, a través del desarrollo de una concepción personal, que considera una forma de interpretación de la realidad, de la vida, y de los fenómenos cognoscibles por el hombre.   
En su sentido vulgar se ha llegado a usar el concepto de filosofía también para referirse a las actitudes y valores básicos, que las personas pueden tener frente a nuestro actuar diario.   
En Masonería hay diferentes interpretaciones sobre lo que es la filosofía, quizás tantas como miembros de las logias.   
Obviamente, la diferencia de nosotras las masonas respecto a la gente vulgar, es que estamos inducias a filosofar, en tanto, la gente vulgar  tiene  una opción más libre, más propia de su voluntad y arbitrio.
Las masonas, iniciáticamente tenemos la responsabilidad de reflexionar filosóficamente.   
La filosofía es como una búsqueda del saber y de la sabiduría, en torno al análisis e interpretación de los fenómenos cognoscibles por el hombre, es decir, una búsqueda sustentada en el estudio y no en la simple opinión o la simple voluntad.   
Luego, si la Fran Masonería  propone al iniciado hacer una búsqueda de la verdad y de la perfectibilidad, está invitándolo a filosofar y a estudiar los fenómenos cognoscibles, sino a expresar opiniones que reflejen ideas sustentadas en aspectos éticos, científicos, estéticos, etc., cognoscentes y cognoscibles.  Desde luego, no le propone una dimensión o una concepción filosófica en particular, ya que eso solo le compete a cada cual, según sus capacidades y arbitrios, incluyendo no optar por ninguna escuela filosófica en particular.  De allí, el ECLECTICISMO.   
La filosofía es una forma de expresión de las ideas.  Seguramente la más integral y las más profunda, porque considera una visión más amplia.  En sus ámbitos de dominio, se distinguen innúmeras escuelas, que determinan posiciones absolutamente definidas, sobre cómo entender la realidad del conocimiento.  Como la razón, la cultura o la civilización, la filosofía evoluciona, se transmuta.  Su ámbito de exploración es intrínsecamente exotérico, porque ve al hombre en su transcurrir histórico.   
Pero, también hay otras formas de percibir e interpretar la realidad, que tienen alcances más limitados, tales como las ideologías o las llamadas “corrientes de opinión”, las que, en sí mismas, no necesariamente pueden tener un alcance filosófico. 
Tomemos como ejemplo a los pitagóricos.  Cuando hablamos de esta escuela esotérica griega, diremos pitagóricos cuando nos estamos refiriendo a una comprensión filosófica de sus contenidos, y a personas que se identificaban con esa concepción de la vida.  Pero, cuando hablamos de pitagorismo, estamos hablando de un conjunto de ideas planteadas para la acción, es decir, de una ideología.  Lo mismo ocurre con el pensamiento de Marx, pues, es apropiado hablar de la filosofía marxiana, cuando nos referimos a su forma de interpretar de la realidad, y de marxismo, cuando estudiamos su ideología que nos propone cambiar esa realidad.  Podemos hablar del pensamiento socrático, pero, no podemos hablar de socratismo, en tanto, Sócrates no planteó una opción para modificar la realidad.   
Los ismos implican siempre una opción a concretizar, un contenido modificatorio, lo que no necesariamente tiene la filosofía en su carácter.  Los ismos corresponden a una situación de vanguardia, lo que implica un objetivo a lograr:  un efecto en la sociedad, en el transcurrir histórico, hacia un evento tras el horizonte del momento que el pensador vive.   
Frente a lo expresado: ¿Debemos entender que la Masonería tiene una interpretación definida sobre lo cognoscible?.   
Distante de los objetivos inmediatos de la filosofía, la Masonería recoge la vertiente esotérica del conocimiento humano. No tiene límites temporales. Nos incita a la búsqueda de la verdad y del conocimiento, a usar las herramientas que éste ha construido para hacer posible el descubrimiento de la verdad y el desarrollo del conocimiento.   
Si hubiese una filosofía masónica, deberíamos reconocer que existe una masonería acotada a un tiempo específico, al tiempo en que esa comprensión de la realidad es posible, de acuerdo a la realidad que se vive, al grado de conocimiento que ella expresa. Así, si hubiese una filosofía masónica, la Masonería moriría con ella, porque no hay filosofía perenne, no hay una filosofía que escape al episodio histórico, a las circunstancias de un tiempo y un lugar.   
La Masonería no tiene ideología, ni tiene filosofía, aunque filosofe y los masones reconozcan el valor de determinadas ideologías.  Así, no podemos hablar de “masonismo”, porque ello significaría la pérdida del carácter docente y esotérico que ella contiene.    
El posible que la Masonería haga una propuesta filosófica, a partir de determinados contenidos masónicos, pero, esa filosofía no corresponderá a una opción de la Orden, sino que será propia de aquellos masones que la puedan sustentar.   
Ha sido mi palabra
S.·. F.·. U.·.
Susana Beltrame
M.·.Or.·.


Importancia del Agape Fraterno al término de las Tenidas

A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
Valle de Remedios de Escalada, 4 de abril de 2015, e.·. v.·.

Resp.·. Log.·. Mas.·. Sim.·. Fem.·. Norma Mazur Nº25
Ven.·. M.·.
Qq.·. Hh.·. Mm.·.
Qq.·. Hh.·. Cc.·.
Qq.·. Hh.·. todas :
Importancia del Agape Fraterno al término de las Tenidas
El Ágape Fraterno celebrado al término de las Tenidas o reuniones masónicas es "casi obligatorio" porque es el ámbito "donde se fortalecen los lazos fraternales".   Forma parte de la Tenida y por lo tanto tiene sus propias reglas.   Asimismo, en las celebraciones Masónicas, se sigue un orden Ritual y su marco exterior son los brindis y el orden establecido del uso de la palabra para cada H.·.  El marco interior lo conforman las palabras que aquel pronuncia, bajo la dirección de la M.·. de Ceremonias y de acuerdo con la Ven.·. Maestra.  Es el espacio donde todos los miembros de la Logia pueden y deben aportar opiniones y reflexiones susceptibles de enriquecer al Taller.  No hay indicaciones previas sobre los temas de los "Trabajos" en el ágape, pero pueden significar, bien llevados, una gran ayuda para orientar a las Hermanas en el camino de ser una buena Masona.
La palabra “ágape”, proviene del griego y significa amor puro, amor-caridad, significando caridad, aquí, algo que tiene un gran precio, es caro, es precioso y en consecuencia sagrado.   La noción de comida compartida nos llega de los primeros cristianos, que ven en el hecho de compartir los alimentos, era una ocasión complementaria para reunirse y manifestar su amor por Jesús, pero nada no tenía nada que ver con un festín o banquete.  La fraternidad entre los comensales reinaba sobre la materialidad de comer o beber. 

El sustantivo latino ágape deriva del griego y significa:  amor, amistad, caridad, que los traductores de la Biblia al latín tradujeron como charitas (caridad).  Los primeros cristianos usaban el plural, agapai y después el latín ágape para designar las cenas litúrgicas fraternales orientadas hacia la unión de los asistentes y ayuda a los más necesitados, al igual que las comidas-reuniones religiosas judías denominadas haburot.
De acuerdo al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Ágape se utiliza en referencia a la comida fraternal de carácter religioso que se realizaba entre los primeros cristianos, destinada a estrechar los lazos que los unían, aunque después de desvirtuó su objeto, siendo pretexto para cometer los más diversos excesos que condujeron a su condena por parte de san Pablo y prohibidos en el siglo IV por el clero. Con ese sentido fue que llegó al español, como sinónimo de banquete o comida abundante para celebrar algún acontecimiento.
El tomar alimentos y bebidas como “acto ritual” se remonta a tiempos inmemoriales, encontrándose en los misterios más antiguos y formando parte de las tradiciones místico religiosas de casi todas las culturas, inclusive en aquellas en apariencia carentes de contacto.  Sólo con la simple recopilación histórica de los lugares y civilizaciones donde se ha efectuado esta práctica, tendríamos suficiente material para hacer varios volúmenes, pues hay sobrada evidencia de que la ingestión ritual de alimentos y bebidas se ha realizado entre mayas y aztecas, celtas y druidas, egipcios y hebreos, griegos y romanos; también entre los cristianos antiguos y aún entre los modernos, pudiendo apreciarse hoy en día en religiones como la católica. 
Asimismo, encontré una referencia a José de Acosta, quién en su libro Predicación del Evangelio en las Indias (1570), se refiere al ágape así:  “Esta fue, entre otras, la causa de que los apóstoles creasen los diáconos para que sirviesen la mesa de los pobres, y entonces floreció la costumbre del ágape que después languideció y no quedaron de ella sino vestigios, a fin de que no se consintiese haber ningún pobre entre los fieles”.  “Un banquete reúne a los congregados en cierta especie de comunión mística donde se distribuyen como manjares las palabras de Verdad y la alegría triunfante de haberlas recibido. 

Algo parecido es el espíritu de nuestro ágape o del banquete masónico, para nosotras se impone el espíritu fraterno.  La fraternidad no es solo un sentimiento interpersonal elevado, es una forma de estar, es una comunión indestructible de hombres y mujeres que, muy diferentes en apariencia en su vida cotidiana, se unen en su vida iniciática, se reconocen todos como unidos por un sentimiento idéntico, iguales y solidarios en el deber de perfeccionamiento, de trabajar su piedra, reconstruyendo su templo y el de la humanidad, caminando cada uno, hacia su centro de la luz, hacia la cúspide de su propia conciencia.  La Masonería es el ámbito donde gente de lugares sociales muy disímiles, diferentes profesiones, edades e intereses se reúnen en un mismo espacio, y, de no ser por la Masonería jamás se hubieran relacionado.  

Esto es lo que nos permite “reconocernos”.  Ese es el espíritu del “ágape” y la actitud debe ser de beneficio para todas, evitando tocar temas sensibles, rechazando toda agresividad, evitando discusiones estériles y actitudes de superioridad.  No deben existir acciones autoritarias, ni limitación del tiempo.  La comida compartida en el ágape, debe ser congruente con el objeto de la reunión, nada de comilonas, ni de menús gastronómicos, se debe ofrecer a los invitados un equilibrio en diversidad, cantidad y sabor.  El equilibrio que recuerda uno de los significados simbólicos de la plomada y el nivel.   

Una de las características más destacable a tener en cuenta en una comida Masónica se basa en el viaje de los cuatro elementos:  
La Tierra, representada por las carnes, las legumbres y las frutas, incluyendo las flores que adornan la mesa;
El Agua, representada por las bebidas;
El Fuego; representado por los alimentos cocidos; y
El Aire que figura en las conversaciones fraternales intercambiadas y por las planchas trazadas, leídas en voz alta en los banquetes de la Orden.

Toda la alimentación debe ser sobria y moderada, dictada por la única necesidad sicológica de comer y beber, que no tiene otro sentido para un Masón, que el de la reconstrucción bioquímica de su organismo, el de una carga energética de su cuerpo.   Tanto el ágape como el banquete de orden son el aspecto exterior, exotérico y colabora en la reconstrucción del templo interior, (esotérico).   A las Iniciadas debemos informarles que no se deben sobrestimar estas comidas y tomarlo como un plan degustativo,  ni tampoco subestimarlas. 
Cada día absorbemos y saboreamos al genio de la naturaleza, y es así como haremos de una comida un banquete tan nutritivo para el alma como para el cuerpo.  Basándonos en esta idea, podemos decir que al comer y beber no hacemos otra cosa que comulgar entre nosotras, alimentarnos y alimentar a los demás; compartirnos unas a las otras “la vida”. Por ello, el Ágape Fraternal es sin lugar a dudas un acto de Unión, o mejor dicho, de Comunión en fraternidad, tanto de carácter material como espiritual.

En muchas obediencias, la tradición de prolongar la tenida con un ágape, se pierde, pretextando la hora tardía de la apertura de los trabajos o del final de los mismos, para evitar esto, es suficiente comenzar los trabajos un poco antes y limitar la duración de las tenidas a dos horas, salvo casos excepcionales.  Asimismo, si hay algún problema económico, es el Maestro de banquetes a quien corresponde recaudar el precio de la comida y no beneficiar al tronco de la viuda.  Y por lo menos debe ser obligatorio el ágape a continuación de una iniciación o un pase de grado.  
El rito francés conserva el Ágape como aquella parte indispensable dentro de la tenida, con la cual se cierran los trabajos.  Si bien en atención a su promesa de silencio como parte de su formación iniciática los aprendices no pueden hacer uso de en trabajos abiertos, durante el Ágape pueden expresar todas sus preguntas, dudas, etc. mismas que serán atendidas y comentadas por los maestros y los demás hermanos presentes.  Después de realizada la Cadena de Unión, el Venerable M.·.  los Vigilantes se dirigen mallete en mano a donde se celebrarán los trabajos de mesa y conceden la palabra en el orden acostumbrado.  La tenida de Orden se cierra al momento en que el Venerable da un golpe de mallete en la mesa y procede al cierre de la Tenida.  
Conclusiones:  personalmente considero que existe una relación directa entre comer y beber y los lazos de amistad.  Si queremos estar en compañía de alguien a quien estimamos o con quien tenemos vínculos personales, lo convidamos a que coma y beba con nosotros.  Si llegan a nuestra casa visitas, obligadamente preguntamos si se desea tomar algo u ofrecemos algo de comer.  Son ejemplos asociados a la relación interpersonal. 
El ágape en Masonería tiene un profundo significado simbólico, filosófico y esotérico, es una parte de la Tenida de Orden que no se debe perder en aras de un pragmatismo productor de una simplificación innecesaria del ceremonial, que refleja poca atención a nuestros antiguos usos y costumbres, cuando no una evidente profanidad, pues se abrevian fórmulas y hasta partes completas del ritual so pretexto de lo corto de tiempo de que se dispone para la tenida, pero saliendo de ella se aprovecha para comer y beber en restaurantes y bares sin la menor preocupación por el tiempo.  Compartir el pan, y el vino es un rito que afianza la relación entre las personas y nos permite reconocernos como Hermanas, y me agradaría terminar con la expresión:   ¡TODAS PARA UNA; UNA PARA TODAS!
S.·. F.·. U.·.
Es mi palabra
Beatriz Noto
Pr.·. Vig.·.

BIBLIOGRAFÍA:

Rituales del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.